El Pontífice recordó el gesto “de ayudarnos unos a otros” durante una misa celebrada en la cárcel de Casal del Marmo y planteó a la necesidad de no dividir a la Iglesia con “polarizaciones”.
El Papa Francisco lavó este jueves los pies de 12 jóvenes detenidos en Roma como gesto “de ayudarnos unos a otros”, según planteó al celebrar la misa del Jueves Santo en la cárcel de Casal del Marmo, y tras haber pedido esta mañana a los miembros del clero que no “ensucien” a la Iglesia con las “polarizaciones” durante la Misa Crismal en la Basílica de San Pedro.
“El día antes de ser crucificado Jesús hace este gesto, de lavar los pies, que era habitual en ese tiempo porque las calles tenían polvo y la gente venía de afuera y antes de comer se lavaban los pies. Pero era algo que hacían los esclavos”, planteó el Pontífice durante su homilía improvisada ante unas 70 personas presentes en la cárcel.
El Papa ya recuperado de la bronquitis por la que la semana pasada estuvo tres días internado en el hospital Gemelli de la capital italiana, celebró la denominada misa in Coena Domini (de la Cena del Señor) de forma restringida entre los internos del instituto de la periferia de Roma, el mismo que ya había visitado para el Jueves Santo en 2013, quince días después de ser elegido, informó la oficina de celebraciones litúrgicas del Vaticano.
“Imaginemos cómo quedaron sorprendidos los discípulos cuando Jesús hizo este gesto. Si recordáramos estos gestos de Jesús la vida sería más bella porque trataríamos de ayudarnos el uno al otro”, agregó luego.
El Instituto Penal de Menores de Casal del Marmo, uno de los pocos institutos juveniles en Italia que tiene una sección femenina interna, funciona desde 1971 y comprende un complejo de edificios bajos, rodeados por más de una hectárea de parques, que albergan en torno a 30 jóvenes.
“Este gesto no es una cosa folklórica, es un gesto que anuncia cómo debemos ser con los otros. Vemos en la sociedad cuánta gente se aprovecha de los otros, cuánta injusticia, cuánta gente sin trabajo o que le pagan la mitad o que no tiene dinero para comprar remedios”, lamentó Francisco.
“Yo hago esto como recuerdo de lo que hizo Jesús: ayudarnos los unos a los otros”, les dijo luego a los 10 varones y dos mujeres a las que lavó los pies en el mismo centro juvenil en el que había celebrado el Jueves Santo de 2013.
Según planteó en la previa el capellán Nicolò Ceccolini, en la estructura hay una cincuentena de mujeres y varones de entre 14 y 25 años, italianos, árabes, africanos, romaníes, ateos o católicos, ortodoxos, e incluso una quincena de musulmanes que viven actualmente el Ramadán.