En una definición por penales, “Chiquito” Romero es sinónimo de triunfo. Ante Racing, el arquero xeneize contuvo los disparos de Gonzalo Piovi y Leonardo Sigali que catapultaron al equipo de Almirón a las semifinales de la Copa Libertadores.
El exarquero del seleccionado argentino es una medalla que se cuelga en silencio Juan Román Riquelme, titular del Consejo de Fútbol, ya que apostó por él cuando todos los hinchas le pedían que hicieran un esfuerzo por retener a Rossi, otro arquero atajapenales con jornadas para el recuerdo.
Riquelme, no obstante, se mantuvo firme en su decisión de contratar a Romero y el tiempo le dio la razón: fue vital en la definición contra Nacional y anoche repitió la gesta con Racing. En Boca, desde su llegada en agosto del año pasado, atajó ocho de los catorce penales que le patearon.