El arquero de Boca Juniors, Sergio Romero, el hombre en quien Juan Román Riquelme confió para reemplazar a Agustin Rossi, se volvió a convertir en héroe y fue la figura de su equipo tanto en los 90 minutos como en la serie de penales.
Tras atajar dos remates desde el punto penal a Raphael Veiga y Gustavo Gomez, “Chiquito” Romero contribuyó para dejar a Boca en la final de la Copa Libertadores ante Fluminense, que se jugará en el estadio Maracaná el próximo 4 de noviembre.