De la totalidad de las aves estudiadas, el polipropileno y poliéster representaron el 91% de los elementos hallados. De ese margen, el 97% pertenecen a fibras de origen humano. “La evidencia científica se multiplicó a un nivel exponencial”, advirtieron.
Investigadores del Conicet de La Plata y Bahía Blanca aportaron la primera evidencia de contaminación por microplásticos en pingüinos de Magallanes al hallar polipropileno y poliéster en sus cuerpos, que llegan a los océanos por acción humana.
La contaminación con plásticos es un problema ambiental que cada vez causa mayor preocupación a nivel global.
Es que los distintos ecosistemas sufren los efectos devastadores de la acumulación de los deshechos de ese material ya que tardan muchísimos años en degradarse.
El primer indicio de contaminación por plásticos data de los años ’60, cuando se empezó a dar cuenta del impacto que esto tenía en los océanos y en la dieta de las aves marinas.
“Tomamos ejemplares de pingüinos que murieron durante su rehabilitación después de quedar varados en la costa para analizar su tracto digestivo y hallar el rastro de ingesta de plásticos y partículas plásticas”
En la última década, la evidencia científica se multiplicó casi a un nivel exponencial y generó el interés de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que puso en marcha una mesa internacional integrada por unos 160 países que buscan impulsar un tratado que inste a curvar la línea de producción de plásticos, bajar su consumo y fomentar su reutilización.
En este contexto, los expertos del Instituto Argentino de Oceanografía y del Centro de Química Inorgánica “Pedro J. Aymonino” se propusieron indagar acerca de los efectos que este tipo de contaminación tiene en costas y plataformas marinas y descubrieron evidencia de la contaminación por plásticos en pingüinos de Magallanes, que publicaron recientemente en la revista científica Marine Pollution Bulletin.