Los palestinos de la sitiada Franja de Gaza se agolpaban este lunes en hospitales y escuelas en busca de refugio, mientras se agota el suministro de agua, electricidad y combustible en el enclave palestino y el Ejército israelí prepara para una invasión terrestre con el objetivo de “destruir” a Hamas por sus arrasadores ataques dentro de Israel.
Más de un millón de personas huyeron de sus hogares antes de la esperada ofensiva terrestre israelí y luego de más de una semana de bombardeos que devastaron barrios enteros de Gaza, una región de 2,3 millones de habitantes encajada entre Egipto, el Mediterráneo e Israel.
Mientras seguían menguando los alimentos, el agua y las medicinas en el enclave, todas las miradas estaban puestas en el cruce de la ciudad palestina Rafah, el único entre Gaza y Egipto, donde camiones con ayuda esperaban desde hacía días mientras mediadores presionaban para obtener un alto el fuego.
El paso fronterizo de Rafah fue cerrado hace casi una semana debido a los ataques aéreos israelíes.